La depresión es una de las enfermedades más extendidas en el primer mundo y actualmente afecta a más de 350 millones de personas según la OMS. Esta misma organización afirma que en menos de 20 años será la enfermedad más extendida, por delante del cáncer y trastornos cardiovasculares. Esto es algo realmente preocupante en un momento en que vivimos con una condiciones de vida, en el primer mundo, mejores que en cualquier época pasada.
El inicio: estrés y ansiedad
El investigador y profesor de la universidad de Stanford, Robert Sapolski, ha dedicado gran parte de su vida a entender qué es lo que hacemos para generarnos estrés y el efecto que este tiene en nuestra salud. Además, estudia a los monos babuinos para encontrar las fuentes de estrés y las enfermedades ligadas a este.
Sapolski explica que los animales tienen la capacidad de activar su sistema de alarma y producir las hormonas del estrés en un momento determinado en que existe peligro real. Por ejemplo, una gacela, activará el sistema cuando se acerque un león hambriento. Activar el sistema supone que se genera en tu cuerpo la hormona del estrés, el cortisol, que los proyecto a largo plazo, como la digestion, la ovulación o el crecimiento, se bloquean y que el cuerpo se prepara para hacer una de las siguientes cosas: huir, quedarse congelado o pelear.
Y hasta aquí todo nos parece de lo más lógico. Incluso los seres humanos tenemos el mismo mecanismo ante un peligro inmediato. Si te encuentras en una situación de estrés, como por ejemplo un vehículo que casi te pilla, una persona violenta que te agrede, un incendio que surge, un animal salvaje que se te acerca, en ese momento tu cuerpo activará el cortisol, los proyectos a largo plazo se bloquearán y seguramente te encontrarás o huyendo, o peleando o te bloquearás. Cada uno de nosotros tenemos una tendencia cuando nos encontramos de forma inesperada con un peligro.
¿Qué problema hemos generado los seres humanos?
El problema de los seres humanos ante el estrés es la capacidad de visualización del futuro o también pre-ocuparse, es decir, ocuparse de algo antes de que ocurra. Como tenemos la capacidad de proyectarnos en el futuro podemos empezar a pensar en todos los desastres que nos ocurrirán en el caso de que el león, que ya se ha comido a una gacela y está saciado, se hubiera quedado con hambre. Los animales una vez que pasa el león se relajan y siguen si vida al ritmo natural. Nosotros no. Nosotros, ante esta visualización, de “y si ….”, “y si…”…solo podemos seguir activando el sistema de estrés imaginándonos los peores escenarios.
¿Qué ocurre con el estrés mantenido en el tiempo?
El mecanismo que activa el estrés tiene consecuencias nefastas para el organismo en el caso de que se mantenga en el tiempo. Se debilita el sistema inmunitario, lo que hace que las personas enfermen frecuentemente y lo peor, el estrés mantenido deriva en ansiedad. Y la ansiedad mantenida, en el caso de empezar a sentir frustración, sensación de incapacidad…puede derivar en depresión.
¿Qué puedo hacer?
- En primer lugar sé muy consciente de cómo te sientes y de cómo estás viviendo tu vida. ¿Es así como quieres que sea? Recuerda que no somos inmortales, no vivas la vida como si no fueras a morir nunca. Aprovéchala.
- Analiza si vives asustado o combatiendo peligros reales o imaginarios constantemente, es decir, cuál es tu grado de estrés y qué te lo genera. Han afirmado que el 80% de las cosas por las que nos pre-ocupamos no ocurrirán nuca.
- Reflexiona sobre pequeñas acciones que puedes introducir en tu día a día para reducir el estrés y aumentar tu bienestar y ponlas en práctica.
- Piensa en si sueles centrarte en lo bueno o en lo malo cuando vives tu día y cuando te proyectas al futuro. Cuando te haces imágenes positivas en tu cerebro es más fácil entrar en un estado bueno, positivo y más alegre. Lo mismo ocurre con tu diálogo interno.
- Rodéate de personas positivas y alegres. Puedes leer mi artículo sobre personas tóxicas.
- Y si realmente llevas manteniendo una sensación de estrés desde hace mucho tiempo y está derivando en ansiedad o depresión, busca ayuda de algún especialista, puede ser incluso una terapia breve o coaching que simplemente te ayude a parar el mecanismo mental que estás llevando a cabo y generar uno nuevo.
Espero que te haya servido de ayuda este artículo
¡Qué tengas una feliz semana!
Paloma
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