He estado varios años escribiéndolo en mi lista de “cosas que quiero hacer” y estos días se ha hecho realidad. Estoy haciendo surf, primer curso, primara tabla, primera ola, primera vez. Hoy me duelen partes de mi cuerpo que no sabía que tenía pero, por fin, ¡he conseguido ponerme de pie en la tabla hasta el final de la ola!
Sin embargo, para esos segundos de gloria, he tenido que remar y remar hasta llegar a las olas, y a pesar de que los brazos me dolieran he seguido, mientras aguantaba el equilibrio con los abdominales y chocando a la vez con las olas que llegaban y que ya habían roto. Además me he ido al agua más de una vez y cuanto más cansada estaba más me costaba volver a subir a la tabla.
Como en la vida, las cosas muchas veces requieren esfuerzo. Muchos nos marcamos objetivos, seguro que tú también lo haces. Ahora necesitas saber muy bien que ese objetivo es el correcto. En surf no se cogen todas las olas que vienen, se espera a la buena o a la que está en el momento correcto. Una ola que es pequeña no hará que te muevas mucho ni que avances cogiendo velocidad. ¿Te suena? Son los objetivos que después de un tiempo van perdiendo fuerza en tu vida y no hacen que estés motivado. Luego están las olas enormes, esas que cuando las ves llegar entras en pánico, y como dice mi profesor de surf, el miedo te bloquea y entonces dejas de respirar bien y te ahogas. Las grandes metas de la vida dan miedo si tú no estás en el momento adecuado. Si te encuentras justo antes de que rompa puedes disfrutar haciendo tubos, surfeando por dentro de esta, pero si estás donde la ola ya ha roto y viene con fuerza, te queda sólo la opción de meterte dentro del agua y dejar que te pase por encima.
Por último, está la ola perfecta. La ves llegar, su tamaño es el adecuado para saber que te llevará lejos y mantenerte emocionado con el punto justo de adrenalina que te permite seguir respirando, decides que vas a por ella, te esfuerzas por remar para cogerla y por fin llega. Cuando ocurre el resto es magia. Te dejas llevar por la ola, no hay esfuerzo, todo fluye y avanza para que tú te puedas ponerte de pie y a partir de ahí…sólo tienes que mantener el equilibrio y disfrutar.
Tu ola perfecta es ese momento de la vida en que sabes que estás donde tienes que estar, haciendo lo que más te gusta y todo fluye y tú te olvidas del esfuerzo o del tiempo. Sir Ken Robinson lo llama “el elemento”. Par algunos será parte del trabajo que hacen, para otros puede ser un hobby en el que pueden invertir horas y horas y simplemente es como entrar en una bañera de agua a la temperatura justa, te dejas caer, sin esfuerzo. Para mi es escribir, para otros bailar o surfear. Hay quien ha montado su vida entorno a su elemento, como los surfistas que estoy conociendo estos días en Bali. Pero en lo que todos los que lo han hecho coinciden es en lo siguiente:
1. No te rindas, hay que remar mucho hasta llegar a la ola:
Ahora, llegar a la ola cansa mucho. Los brazos te empiezan a doler y todavía miras por encima de la tabla y las olas te parecen lejísimo. Sólo tienes dos opciones seguir para coger la ola perfecta o decidir volver a la zona estable de la arena. En la zona de la arena ya sabes lo que hay y si eres de los que está feliz en ella quédate. Pero si eres de los que no se conforman y quieren ser siempre más felices, tienes que saber que el camino para conseguir tu objetivo en la vida será inestable muchas veces, hará que estés cansado y que mires hacia atrás donde todo parecía que era estable, pensando muchas veces si no te habrás equivocado. Pero como han dicho muchos grandes líderes, como Churchill: “never give up, never give up”, ¡no te rindas! Es como llegar a Bali, el viaje es agotador pero la recompensa merece la pena.
2. Elige bien tu objetivo, elige la ola perfecta:
Ahora tienes que elegir la ola. No todas sirven. Recuerda que un objetivo muy pequeño no hará que vayas a ninguna parte, márcate ese que sabes que te hará levantarte de la cama con energía y motivado. ¿Miedo? Claro que la ola grande da miedo pero tienes que saber que con las herramientas adecuadas puedes ir ajustando tu posición, buscar donde todavía no ha roto o pasar por debajo de ella. Decidir a veces puede resultar complicado. A veces tendrás que decidir rápidamente porque la ola se te ha echado encima y la mala decisión de pasar por encima de una ola fuerte que ha roto supone ser arrastrado por esta como si estuvieses dentro de una lavadora, además del riesgo de que te de la tabla en la cabeza. Otras veces, sin embargo, puedes tomarte tiempo para pensar cuál es la mejor opción porque hay cosas en la vida que requieren de la decisión acertada. Sea cual sea, lo importante es que esa ola sea justa para que haga que te muevas.
3. Mantén tu equilibrio, mira hacia delante:
Algunas personas piensan que una vez que han llegado a su meta ya está todo hecho. Ponerse de pie encima de la tabla es relativamente fácil, el problema es mantenerse después. Mientras estás en el camino para conseguir tus objetivos recuerda revisar tu plan de acción algunas veces, te ayudará a seguir focalizado en él. Los primeros días que surfeaba tenía la tendencia a mirar mis pies en el momento en que conseguía levantarme en la ola y por supuesto caía al agua algún segundo después “Siempre mira hacia delante cuando hayas cogido la ola”, me decía mi profesor. A veces miras el plan de acción y llegas a la meta, pero se te olvida preguntarte cómo estás. Hay personas que han conseguido su objetivo pero no están felices o no saben cuál es el siguiente paso o han llegado tan cansados que no pueden más. Seguir mirando hacia delante y ajustando tu posición para mantener el equilibrio es clave cuando estás encima de la tabla de surf. Has conseguido coger la ola perfecta, has conseguido levantarte, ahora debes mantenerte mirando hacia delante. Y puede que eso ocurra en tu vida y que te caigas y tengas que volver a empezar. Recuerda: ¡no te rindas!
4. Diviértete:
En cualquier caso, estés remando o cogiendo la ola, en la vida como el surf pásatelo bien.
Recuerda que coseguir lo que quieres requiere esfuerzo pero merece la pena:
1. No te rindas, hay que remar mucho hasta la ola
2. Elige bien tu objetivo, elige la ola perfecta
3. Mantén siempre tu equilibrio mirando hacia delante
4. ¡Diviértete!
¡Que tengas una estupenda semana!
Paloma Sanz es Mind Coach y especialista en procesos de mejora a partir de técnicas de Programación Neurolingüística. Trabaja en el mundo de la empresa, con clientes individuales y con deportistas ayudándoles a creer más en su potencial y a llegar ahí donde quieren.